Para esta colección nos inspiramos en el origen andalusí de Madrid, única capital europea fundada por los musulmanes y, en concreto, bajo el emir omeya Muḥammad I hacia el año 865. 

El propio nombre de la ciudad, de acuerdo con la teoría más aceptada, derivaría del árabe Maŷrīṭ, es decir, “cursos de agua abundante/lugar abundante en aguas”, dada la multitud de arroyos y cauces subterráneos que había en aquél entonces.

Según los historiadores, el primer núcleo urbano de Madrid se componía de un ḥiṣn, (un “alcázar”) - lugar en el que hoy se encuentra parte del palacio real - de una Al-mudayna, es decir, una “ciudadela” o “medina” de pequeño tamaño, y de una mezquita aljama. 

Además, para proteger Maŷrīṭ se levantaron torres, puertas y una muralla de la que todavía es posible apreciar un pequeño tramo original en el parque del emir Mohamed I. El recinto amurallado era robusto, inexpugnable y construido en piedra caliza y pedernal, el cual, a contacto con las flechas, chispeaba en la oscuridad. 

Y de hecho, ello explicaría la razón del lema presente en el primer escudo de la villa:

«Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son»

Quizás mucha gente todavía desconozca el origen andalusí de Madrid o que, por ejemplo, el centro católico más importante de la ciudad, la Catedral de la Almudena, se construyó, originariamente, sobre la antigua mezquita mayor o aljama. Este templo surge hoy exactamente allí donde un pueblo de otro culto y cultura colocó hace siglos la primera piedra que dio vida a la Almudayna.

Y precisamente esta paradoja maravillosa fue la reflexión principal detrás de la concepción de nuestra joya artesanal. 

El intercambio cultural es riqueza, sea donde sea.

Sin duda a lo largo de los siglos la soberbia humana desperdició la oportunidad de entenderlo pero hoy tenemos todas las herramientas para que las cosas cambien.

Antes que nada, cabe destacar que la colección no se inspira en absoluto en la Virgen de la Almudena sino en el valor histórico y artístico de la Almudayna 

Por tanto, la figura humana de la pieza no hace alguna referencia a la patrona de Madrid.

Para los motivos decorativos nos inspiramos en las maravillosas Teste di Moro propias de las cerámicas de Caltagirone, patrimonio de la Unesco en Sicilia. 

De hecho, es importante recordar que tanto la alfarería siciliana como la española comparten las mismas preciosas raíces árabes.

Para la forma de nuestra joya hecha a mano, hemos estilizado el perímetro que supuestamente tuvo la primera muralla de Maŷrīṭ.

En la parte de abajo del diseño podrás reconocer dos cítricos, ya que los musulmanes introdujeron en la península ibérica los naranjos de la India. 

Por último, en el centro verás una flor de azahar inspirada en la técnica del arabesco o ataurique, es decir, adornos de figuras vegetales y florales típicos del arte islámico.

Almudayna quiere ser un himno a los valores humanos relacionados con la amistad, la tolerancia y la convivencia. 

Una entidad artística, un símbolo de respeto hacia ti, como para la otra persona, hacia su cultura e identidad, en definitiva, hacia su forma de ser. 

A pesar de todas las diferencias que podamos tener según nuestro origen, religión, color de la piel, apariencia o ingresos, compartimos todos la misma naturaleza humana. Y, por muy descontado que ello pueda sonar, desafortunadamente la triste actualidad nos demuestra que aún no es así.

La historia nos enseña que hay dos formas de enfrentarse a quien es diferente: el rechazo o el abrazo. 

La primera genera solo sufrimiento, soledad, rabia y miedo.

La segunda nos enriquece al ofrecernos puntos de vistas diversos, experiencias e historias que, de otro modo, probablemente no podríamos llegar a conocer. 

Y, por cierto, aceptar no es lo mismo que abrazar. Nadie puede aceptar que tú existas y vivas según tu forma de ser, ya que esto significaría que la vida de ese alguien vale más que la tuya. 

El mundo del arte es un claro ejemplo de cómo, cuando las culturas se mezclan entre ellas, algo maravillosamente armonioso y completo puede ocurrir. Algo que no tiene límites, barreras, ni principio ni fin. 

Esperamos que nuestra colección Almudayna te anime a abrazar quién eres y a hacer lo mismo con los demás seres humanos que encuentres en tu camino.

Recuerda que estamos jugando un juego sin ganadores.

Así que deja que la vida florezca en toda su plenitud de colores. 

Y nunca le tengas miedo a lo diferente ni a serlo.